Cruz visita Odessa durante una parada de su campaña

ODESSA – La iluminación industrial colgada del techo del salón de banquetes parpadeaba mientras el senador Ted Cruz se dirigía a cientos de partidarios en el Barn Door Steakhouse de esta floreciente ciudad con campos petrolíferos.

La sala estaba casi llena para la reunión municipal del senador donde los asistentes o se sentaron o se quedaron de pie para escuchar a Cruz apoyar valores conservadores. A pesar del hecho de que los Republicanos controlan la Cámara de Representantes, el Senado y la Presidencia, la sala estaba llena de ira.

Solo hacía falta observar la reacción de la multitud y escuchar sus preocupaciones para ver que era obvio que la “ola azul” (un término usado a menudo para describir la posibilidad de que los Demócratas recuperen los escaños legislativos) les ponía nerviosos.

Cruz empezó su discurso la noche del sábado, 25 de agosto, reconociendo el fallecimiento ese mismo día del senador para Arizona John McCain, diciendo que era un hombre con el que había tenido unos desacuerdos políticos pero al que respetaba. Luego, Cruz recurrió a su discurso base en el que afirmó repetidamente sus principales prioridades: los recortes fiscales, la reforma regulatoria, la derogación del `Obamacare´ y los jueces. Estas iniciativas, según Cruz, están todas bajo ataque por parte del Partido Demócrata más extremo que haya encontrado. “Todos se han vuelto locos,” dijo Cruz, una afirmación que fue bien recibida por la multitud.

Su discurso duró unos 30 minutos y durante ese tiempo cubrió temas que iban desde el estancamiento político, los derechos de la Segunda Enmienda, la economía y la seguridad en las escuelas.

“La única manera de hacer que las escuelas estén más seguras es tener más agentes de policía armados,” dijo Cruz cuando un asistente le preguntó cómo tenía previsto detener los tiroteos escolares. También sugirió disminuir el número de entradas a las escuelas.

No fue hasta que un miembro del público le preguntó por su opositor demócrata, el congresista Beto O´Rourke, de El Paso, que Cruz lo mencionó. Los últimos sondeos muestran a O´Rourke pisándole los talones a Cruz con cuatro puntos de porcentaje.

Cruz cree que O´Rourke está llevando a cabo una campaña de “extrema izquierda” y admite que O´Rourke está recaudando más que él, pero se olvidó de mencionar que O´Rourke se negó a aceptar dinero corporativo del comité de apoyo político.

Cruz también atacó los recientes comentarios que hizo O´Rourke en defensa de los jugadores de la NFL que se arrodillaban durante el him-no nacional como forma de protesta para los derechos civiles en contra del racismo institucional y la brutalidad policial. Cruz considera que estos gestos son irrespetuosos para los militares y la bandera, pero sus comentarios suscitaron una cacofonía de aprobación por parte de la multitud que, al igual que Cruz, considera este gesto como algo irrespetuoso.

“Tengo miedo de lo que Beto pueda hacer con este estado,” dijo Dallas Kennedy, profesor en la escuela de enseñanza secundaria Odessa High School. “Creo que las cosas que quiere implementar suenan bonitas, pero llevarán el país a la bancarrota.”

Otro asistente, Gilbert Mendoza, votó por Cruz durante las primarias presidenciales en 2016 y espera que el senador sea, algún día, magistrado del tribunal supremo. Mendoza trabaja en la industria del petróleo y el gas y le preocupa el número de “liberales” que llegan a Texas procedentes de California para trabajar. “Están trayendo consigo a Texas sus opiniones liberales,” explicó Mendoza. “Si Texas se convierte en un estado azul, lo temo por mí mismo y mi familia, ya no será el mismo.”