Agente de la Patrulla Fronteriza de Laredo acusado de cuatro homicidios

Por ELIOTT C.

McLAUGHLIN para CNN

Si no fuera por la rapidez mental de la víctima en potencia, un agente supervisor de la Patrulla Fronteriza acusado de una serie de asesinatos en y alrededor de la ciudad fronteriza de Laredo –al sur de Texas– podría seguir andando suelto.

Pero a pesar de sus heroicas acciones, la mujer no pudo salvar a otras dos mujeres que fueron asesinadas horas después de que denunciara al agente a la policía estatal, según informa una declaración jurada policial.

Juan David Ortiz, veterano desde hace 10 años de Aduana y Protección Fronteriza de los EEUU, está detenido bajo cuatro cargos de asesinato en primer grado, entre otras acusaciones. Las autoridades lo han tildado como asesino en serie. “El sospechoso estaba a la caza de sus víctimas,” dijo Isidro Alaniz, fiscal para el Condado de Webb.

Según las autoridades, Ortiz buscaba a víctimas que fuesen vulnerables, personas que tenían adicción a las drogas o el alcohol, o que participaban en el comercio sexual. Tenía una aversión por esa clase de personas, dijeron las autoridades. Según Federico Garza, jefe del Departamento del Sheriff del Con-dado de Webb, Ortiz llegó a conocer a las personas que seleccionaba, reuniéndose con ellas varias veces para ganarse su confianza.

“Las pruebas que tenemos ahora son que cometió estos asesinatos de un modo similar, llevando a estos individuos a zonas inhóspitas –cerca o justo a las afueras de los límites de la ciudad– y ejecutándolas con una pistola,” dijo Alaniz.

LA HUIDA

La detención del veterano de la armada, de 35 años de edad, tuvo lugar el sábado, horas después de que Erika Peña se escapara por los pelos de ser su quinta víctima de asesinato, según informaban las declaraciones juradas policiales.

Ortiz recogió a Peña alrededor de las 9 p.m. el viernes, en la Avenida San Bernardo –un centro de prostitución– y la condujo hasta su casa en la parte septentrional de la ciudad.

Peña conocía a Ortiz como “David,” y dijo que “comenzó a actuar de modo extraño” cuando sacó el tema de una conocida suya, Melissa Ramírez, que había sido asesinada una semana antes, según informa la declaración jurada. Peña se puso enferma y salió afuera para vomitar en el jardín delantero de Ortiz.

Después, los dos se marcharon en su camioneta `pick-up´ blanca de la marca Dodge y se detuvieron en una gasolinera al lado de la carretera Texas 20 Loop –a unos 10 minutos de su casa– donde, según informó la policía, hablaron de nuevo de Ramírez.

“Luego David sacó una pistola (negra) y la apuntó. Erika intentó salir del vehículo. David la agarró de la camisa para impedir que saliera del vehículo. Erika empezó a gritar auxilio,” dice la declaración jurada.

Peña se liberó de su agarre al quitarse su prenda y corrió sin camisa hacia el policía estatal Francisco Hernández, que estaba repostando en la gasolinera. Ortiz marchó en su vehículo, según dijo la policía.

A LA CAZA DE ORTIZ

En una subestación del sheriff, Peña describió a Ortiz, sus tatuajes y su camioneta antes de acompañar a los investigadores a su casa. Un registro en su propiedad identificó a Ortiz como el propietario, decía la declaración jurada.

La policía emitió un aviso a los agentes de la ley para que estuvieran atentos del paradero de Ortiz y su camioneta blanca justo después de la medianoche. Alrededor de la 1 a.m., un policía estatal lo encontró en una gasolinera al lado de la Avenida San Bernardo y se le acercó. Ortiz huyó, según informó la policía. Lo encontraron alrededor de una hora y media después, escondido en la parte trasera de una camioneta en el aparcamiento de un Ramada Inn, dijo Alaniz.

Y es aquí donde la historia se vuelve totalmente asombrosa, ya que la policía dijo que Ortiz confesó no solo haber agredido a Peña y cometido cuatro asesinatos, sino también haber asesinado a dos de sus víctimas después de que Peña se escapara de su camioneta.

Ramírez, de 29 años de edad, fue su primera víctima, dice la policía. Ortiz dijo a la policía que la recogió el 3 de septiembre cerca de la Avenida San Bernardo y la llevó hasta la periferia de la ciudad, donde ella salió del vehículo para orinar al lado de la carretera, según dice la declaración jurada. Ortiz le disparó varias veces detrás de la cabeza y se marchó en su vehículo, según informa la policía.

El jueves, Ortiz recogió a otra mujer –Claudine Ann Luera, de 42 años de edad– y la llevó fuera de Laredo. Después de que comenzara a tener sospechas y a acusar a Ortiz de ser la última persona vista con Ramírez, Luera salió del vehículo, según informa la declaración jurada. Ortiz le disparó en la cabeza varias veces y huyó, alega la policía. Un camionero encontró el cuerpo de Luera al lado de la carretera.

SIN ASUSTARSE POR EL ESCAPE

Después de que Peña se escapara de la camioneta de Ortiz el viernes, el agente de la Patrulla Fronteriza siguió su camino predatorio, volviendo a la zona de la Avenida San Bernardo donde recogió a otra mujer a primera hora del sábado y la condujo hacia el norte por la Interestatal

35. Cerca de la ciudad no incorporada de Webb, exigió que la mujer – identificada únicamente como Jane Doe– bajara del coche y le disparó repetidamente en la cabeza, según informa la declaración jurada.

Más tarde aquel sábado, Ortiz regresó a la Avenida San Bernardo y recogió a una mujer transgénero, Humbero Ortiz, y de nuevo condujo por la Interestatal 35. A unas cinco millas de donde asesinó a Jane Doe, Ortiz exigió que la mujer saliera del vehículo y le disparó una vez detrás de la cabeza, según informa la declaración jurada.

Ortiz dijo a los investigadores que encontrarían el cuerpo detrás de unas graveras ubicadas al lado de la Interestatal 35, según dice la declaración jurada. La policía también encontró allí un casquillo us-ado, según informa la declaración jurada.

El congresista Henry Cuellar, que representa a Laredo, expresó su preocupación a KGNS – afiliado de CNN– de que Ortiz usara su papel como supervisor de la Patrulla Fronteriza para estar al tanto de los desarrollos en las indagaciones en el asesinato. También dijo que habló con Kevin McAleenan, de la Comisión de Aduana y Protección Fronteriza de los EE.UU. sobre cómo mejorar las investigaciones sobre los agentes.

“Esta persona trabajó para el departamento de información, el área de inteligencia que pertenece a la Patrulla Fronteriza, por lo que recibía todas las pistas que iban dirigidas a los agentes de la ley local,” dijo, añadiendo que sintió alivio cuando Peña pudo escaparse y llevar las autoridades a Ortiz. “Por el contrario, ella podría haber acabado asesinada, habría sido la víctima número cinco, y quién sabe si hubiesen habido más después de la quinta.”

Según los archivos de la cárcel, Ortiz está acusado de cinco cargos de asesinato, agresión con agravantes con un arma mortal y privación ilegítima de libertad; y también de exponer a alguien a lesiones corporales graves y evasión del arresto. Su fianza está fijada en más de 2.5 millones de dólares, según dicen los archives de la cárcel y las notas escritas a mano sobre las órdenes de detención de Ortiz.

Ortiz ha sido suspendido sin sueldo de manera indefinida, dijo Carla Provost –jefa de la Patrulla Fronteriza de los EEUU– a los reporteros. Provost dijo que se sentía “asqueada y entristecida” por los supuestos crímenes.

“Se trata de un individuo malvado,” dijo Provost.

Garza intentó asegurar al público que las autoridades tienen al sospechoso bajo detención.

“Se detendrán los asesinatos,” dijo.

Los reporteros de CNN Amir Vera, Ed Lavandera y Darran Simon contribuyeron a este reportaje.

Traducción de MIRIAM

HALPERN CARDONA