May 3, 2018 508 AM
TIJUANA, México — La caravana de centroamericanos que busca asilo en los Estados Uni-dos atrajo la atención del mundo cuando montones de migrantes viajaron por México en un viaje para escapar de sus tierras natales violentas, según informó la Prensa Asociada.
Ahora que el grupo ha llegado a la frontera, los próximos pasos de su viaje se desarrollarán principalmente fuera de la mirada pública.
La caravana atrajo la atención por primera vez en los Estados Unidos cuando el presidente Donald Trump prometió que su administración rechazaría a las familias. El resto del proceso para buscar asilo tendrá lugar lenta y secretamente en los tribunales inmigratorios.
Dan Kowalski, editor de Bender´s Immigration Bulletin, dijo que el público “probablemente verá muy poco (de los casos de la caravana) a no ser que el solicitante esté representado y el abogado haga que el cliente sea el centro de atención.”
Un total de 28 miembros de la caravana fueron aceptados para ser procesado el lunes y el martes por unos inspectores fronterizos de los EE.UU. en el cruce de San Ysidro, en San Diego, según dijo un oficial de Aduana y Protección Fronteriza de los EE.UU. El cruce ›el más concurrido de la nación› procesó a alrededor de 50 solicitantes de asilo al día desde octubre has-ta febrero, lo que sugiere que la espera será corta.
Un pequeño grupo de migrantes que buscan asilo han recibido permiso para cruzar desde México hasta los EE.UU. bajo el ojo vigilante de las autoridades fronterizas de los EE.UU. Forman parte de un grupo mayor que espera encontrar refugio en los EE.UU. tras un largo viaje desde Centroamérica.
Bajo el procedimiento para el asilo en los EE.UU., la gente pasa hasta tres días en unas instalaciones de inspección fronteriza antes de ser trasladada a un centro de detención a largo plazo. Un oficial de asilo les entrevista para un examen inicial “normalmente al cabo de una semana”, para determinar si sus casos deberían llegar al tribunal inmigratorio, lo cual puede tardar varios años.
A menudo, los tribunales realizan su labor detrás de puertas cerradas. Los archivos no son públicos y, a diferencia de los tribunales penales o civiles, los periodistas y otras personas tienen un acceso limitado.
Las cifras de la caravana, aunque son minúsculas en comparación con anteriores oleadas de centroamericanos que han llegado al sur de Texas y de haitianos que han llegado a San Diego, serán una prueba para las duras palabras de Trump. Las autoridades de la administración se han opuesto a lo que ellos llaman lagunas legales y políticas de “pescar y liberar” que permit-en a las personas que buscan asilo a ser liberadas mientras sus casos sean adjudicados, pero cualquier cambio significativo debe ser tratado por el Congreso o en los tribunales.
El fiscal general Jeff Sessions ha jurado enviar más juez de inmigración a la frontera en caso de que sea necesario y ha amenazado con enjuiciamientos penales. El lunes, el Departamento de Justicia dijo que presentó cargos por entrada ilegal contra 11 personas identificadas como miembros de la caravana. Kirstjen Nielsen, secretaria de Seguridad Nacional, dijo que las peticiones de asilo serán resueltas “de manera eficaz y expeditiva.” También avisó que cualquiera que haga peticiones falsas podría ser procesado y dijo que los solicitantes de asilo deberían buscar protección en el primer país seguro al que llega, incluyendo México.
Unos abogados de los EE.UU. que asesoraron a los solicitantes de asilo en Tijuana avisaron de que les podrían separar de sus familias y pasar muchos meses en detención, un cambio respecto a la administración Obama.
Separar a las familias que buscan asilo se ha vuelto más común, al igual que detenerlas mientras sus casos pasan por los tribunales, dijo Leon Rodríguez, director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los EE.UU. desde 2014 hasta 2017, el departamento que supervisa las peticiones de asilo.
La agencia de Inmigración y Aduana de los EE.UU. tiene camas limitadas en los centros de detención familiar y también podría optar por soltar a los adultos y sus hijos mientras sus casos pasen por el sistema, a menudo con la orden que algunos de ellos lleven monitores en sus tobillos. Los niños que viajan solos son colocados con familias, otros padrinos o en hogares de grupo supervisados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Casi el 80 por ciento de los solicitantes de asilo aprobaron el examen inicial desde octubre hasta diciembre, pero es probable que pocos obtengan asilo, ya que se requiere que el solicitante demuestre un miedo bien fundado de persecución basándose en temas de raza, religión, nacionalidad, creencias políticas o participación en un grupo social.
La tasa de denegación para los salvadoreños que buscan asilo era del 79 por ciento desde 2012 hasta 2017, según Transactional Records Action Clearinghouse, de la Universidad de Syracuse. Los hondureños estaban muy de cerca, con una tasa de denegación del 78 por ciento, seguidos de los guatemaltecos, con el 75 por ciento de denegaciones.