January 10, 2019 600 AM
A lo largo de los últimos 12 meses, he tenido el privilegio de trabajar con compañeros talentosos en White & Case, los cuales han obtenido multitud de reconocimientos y premios. Este año pasado ha demostrado ser un momento interesante para observar la dinámica política y económica a lo largo del Hemisferio Occidental. Las elecciones han remodelado las realidades políticas, con nuevos presidentes y perspectivas en México y Brasil, y una nueva mayoría en la Cámara de Representantes de los EE.UU.
Por toda la región, otros países han desmantelado sistemáticamente sus democracias, con Daniel Ortega en Nicaragua, que sigue tomando medidas contra la oposición política; con Nicolás Maduro en Venezuela intensificando su baluarte de poder; y con Juan Orlando Hernández en Honduras tomando posesión del cargo este pasado enero entre alegaciones de fraude electoral. A medida que las fortunas económicas de estos países han caído en picado y se han disparado los niveles de riesgo político, millones de sus conciudadanos han huido hacia los países circundantes y hacia el norte a los Estados Unidos, creando otra serie de tensiones que han dominado las noticias durante gran parte de los últimos meses.
Con vistas al 2019, la región y el mundo no parecen más estables, y se prevé que continúen muchos de los mismos retos. También es probable que perduren las escaramuzas por el comercio, la volatilidad del mercado y las graves cuestiones de seguridad. Mientras, en los Estados Unidos, el Presidente Donald Trump se enfrenta a 17 investigaciones y el nuevo director del Comité de la Cámara de Representantes sobre la Vigilancia y la Reforma Gubernamental se está preparando para cambiar el statu quo político. Y durante el último año, los Estados Unidos han continuado alejándose de cualquier compromiso significativo regional o global y otros participantes no regionales estarán cada vez más felices de llenar el vacío. En México, donde he vivido y trabajado durante dieciséis años, el Presidente Andrés Manuel López Obrador está avanzando como el primer presidente verdaderamente populista del país en más de 80 años. El 1 de diciembre, López Obrador juró el cargo con una ceremonia en el Congreso y un discurso en el Zócalo en Ciudad de México. El objetivo, tal y como él y su equipo afirman, es fomentar la ›cuarta transformación› de México, en línea con la independencia, las guerras de reforma (1857-1861) y la revolución del país.
Aunque el presidente ha sido distinto estilísticamente y, en algunos casos, operativamente, de sus antecesores, aún estamos esperando para ver lo que tiene en mente en referencia a las grandes transformaciones. Hace poco anunció un aumento del 16 por ciento del salario mínimo, que está previsto que entre en vigor el 1 de enero de 2019. No obstante, a medida que el nuevo equipo aspira a grandes cambios, también se topará cada vez más con barreras estructurales y oposición por parte de los grupos de interés y la sociedad civil.
Otro cambio visible ha sido cómo López Obrador ha usado las consultas para encuestar a los mexicanos respecto a propuestas políticas concretas. Los días 24 y 25 de noviembre, el entonces equipo de transición llevó a cabo su segunda consulta sobre diez temas, incluyendo el Tren Maya (un tren turístico que conectará muchos de los emplazamientos turísticos de la Península del Yucatán), una refinería petrolífera en Campeche de 8 mil millones de dólares y una multitud de programas sociales. La participación fue baja, con alrededor de 950,000 votantes (aproximadamente el 1 por ciento del electorado), pero el 90 por ciento aprobó las iniciativas. Ahora, la administración tiene que navegar por el impacto medioambiental, construcción y financiación de los megaproyectos. Además, el equipo sigue enfrentándose a las repercusiones del primer referendo, el que llevó a la cancelación del nuevo aeropuerto en Ciudad de México, ya que un grupo de titulares de bonos ha rechazado la oferta de recompra por parte del gobierno. No obstante, el nuevo equipo ofreció a los inversores algunas noticias alentadoras y los mercados han respondido bien al presupuesto propuesto.
En cuanto al sector energético de México, López Obrador ha anunciado su Programa Nacional de Electricidad. Aunque el Programa aún no sea público, los detalles que han salido sugieren un enfoque centrado mucho más en el estado que durante la administración previa. Algunas de las propuestas importantes incluyen no cerrar ninguna de las plantas de las empresas eléctricas propiedad del estado, no subir las tarifas eléctricas por encima de la inflación y acabar con los subsidios para las empresas privadas.
A lo largo de las últimas semanas, ha habido otras grandes noticias energéticas. Para una energía limpia, el equipo de López Obrador suspendió de manera abrupta, menos de 24 horas antes de que los participantes entregasen sus propuestas, la cuarta licitación de energía limpia para poder revisar el concurso. El presidente también anunció que las licitaciones petrolíferas serán suspendidas durante tres años hasta que las empresas privadas de México demuestren que están invirtiendo y produciendo más petróleo y gas. El equipo de López Obrador también ha esbozado lentamente su enfoque para abordar los altos niveles de violencia. Una de las partes principales de esta estrategia parece ser una nueva agencia de seguridad: la Guardia Nacional. Esta Guardia Nacional absorberá partes de la Policía Federal, Militar y Naval y estará bajo el control del Ejército. Para coordinar las operaciones de seguridad, la nueva administración también tiene previsto dividir administrativamente el país en 266 zonas, y los diferentes elementos de seguridad de México trabajarán conjuntamente en cada zona. Colocar al Ejército en un papel de seguridad tan prominente es un paso inesperado para un presidente que hizo campaña diciendo que sacaría a los soldados de las calles. También destaca lo que ha quedado fuera de la estrategia, con poca claridad sobre los pasos futuros para reformar la aplicación de la ley en todo el país.
La migración seguirá siendo un tema candente. Des-de la toma de posesión del cargo, el nuevo equipo se ha centrado en un ambicioso plan de desarrollo para Centroamérica, que es un intento para invertir en la región, en la misma línea que un Plan Marshall actual. Los Estados Unidos anunciaron un compromiso con este plan de 5.8 mil millones de dólares mediante inversiones públicas y privadas que irán destinadas a mejorar la seguridad, la gobernabilidad y la prosperidad económica de Centroamérica. No obstante, puede que el programa no sea tan dramático como parezca a primera vista. Gran parte de los fondos prometidos fue ya aprobada en anteriores presupuestos estadounidenses, y los préstamos, y no la ayuda, constituirán la financiación restante.
Hay muchos temas que aún no han sido definidos. Un ejemplo importante es cómo abordar la corrupción. López Obrador hizo de la anticorrupción una cuestión definitoria durante su campaña, pero hasta la fecha todavía no hay un camino claro para la implementación total de un sistema nacional de anticorrupción ni para seguir avanzando con una Oficina Fiscal independiente. Estos pasos serán particularmente importantes de vigilar, ya que son prioridades máximas para la sociedad civil mexicana.
Para el 2019, todo indica una volatilidad en aumento. La incerteza parece haberse convertido en la nueva norma y la única certeza son más cambios. A medida que observamos cómo se desarrollan las cosas en México y alrededor del mundo, espero seguir en contacto con ustedes mediante Twitter, LinkedIn y Face-book.
El Sr. Garza es un abogado nacido en Texas y fue Embajador de los Estados Unidos en México desde 2002 hasta 2009. Antes de su nombramiento como embajador, Garza sirvió como Secretario del Estado de Texas y también fue presidente de la Comisión Ferroviaria de Texas. Es hijo del propietario de una gasolinera en el Valle Bajo de Texas y nieto de inmigrantes mexicanos a los Estados Unidos. Recibió su licenciatura en Administración de Empresas por la Universidad de Texas, en Austin, y es doctor en jurisprudencia por la Facultad de Derecho de la Universidad Southern Methodist. Es abogado en el despacho que tiene en Ciudad de México White & Case LLP, uno de los bufetes líderes mundiales con 39 despachos en 26 países. Además, el Embajador Garza es el Presidente de Vianovo Ventures, una consultoría de gestión enfocada en el desarrollo empresarial transfronterizo.
Traducción de MIRIAM HALPERN CARDONA